La industria de la impunidad, a pleno galope

 

Mouris Salloum George*

Si mal no funciona nuestro convertidor digital, al tipo de cambio de ayer 13 mil 300 millones de dólares equivalen a casi 253 mil millones de pesos.

 

Para efectos de este tema, consignamos el dato de 117 mil millones de pesos. Esta segunda cifra corresponde a la suma de los presupuestos para el ejercicio fiscal 2019 de los gobiernos de los estados de Sonora y Coahuila.

 

En el segundo caso, el Congreso estatal rasuró mil millones de pesos a la propuesta del Ejecutivo -que solicitó más de 50 mil millones de pesos-, acusando recibo de lo programado por la Federación para 2019. Se quedó, pues, en 49 mil millones de pesos.

 

El Congreso de Sonora, de su lado, autorizó al gobierno del estado un presupuesto de 68 mil millones de pesos, en los que se incluye el monto calculado de la captación por participaciones federales.

 

La cantidad exhibida en el primer párrafo, 253 mil millones de pesos,resultan de la conversión de los 13 mil 300 millones de dólares.

 

Esa fortuna en dólares, es la que acredita Forbes 2019 al plutócrata mexicano Germán Larrea Mota-Velasco, empresario que participa en el sector transporte y entretenimiento, pero su fuente de acumulación es, principalmente, el minero Grupo México.

 

Desde hace décadas ese corporativo ha sido acusado de faltas a los imperativos de seguridad industrial.

 

En Coahuila sigue sin castigo el homicidio industrial

El 19 de febrero de 2006, en la mina de carbón de Pasta de Conchos, Coahuila, se produjo una explosión por la que quedaron atrapados 65 obreros. Desde entonces se tipificó coloquialmente la tragedia como homicidio industrial.

 

Los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto brindaron protección a Larrea Mota-Velasco al grado de que el reclamo de recuperación de los cadáveres por sus familiares les fue negado sistemáticamente.

 

Una de las peores insidias contra las víctimas, es que acudían a sus labores en turno nocturno alcoholizados.

 

Niños, los más afectados en Sonora

Hace cinco años (2014), en Sonora, la negligencia del personal de Grupo México, operador de la mina La Caridad del Cobre, provocó el derrame de residuos tóxicos. Se habla aún de 40 millones de litros de sulfato de cobre.

 

Un lustro después, por acuerdos incumplidos por la empresa socialmente irresponsable, se reporta contaminación en los municipios de Baconuchi, Arizpe, Huépac, Banámichi, Aconchi, San Felipe y Ures, del norte de esa entidad.

 

Desde el segundo semestre de 2014, los productores rurales empezaron a reportar pérdidas en la industria agropecuaria, expuesta al consumo y uso de las aguas contaminadas del río Sonora y sus afluentes y derivadores.

 

Las pérdidas económicas resultan aún incuantificables. Las pérdidas en salud humana, peor.

 

La población infantil resultó la más vulnerable por su exposición a los contaminantes.

 

Todavía, hace unas semanas, en el puerto de Guaymas, se reportó una nueva descarga de tóxicos en el Mar de Cortes,de un ducto administrado por Grupo México.

 

En México todavía existen las castas

Pruebas de laboratorio solicitadas a la Universidad Nacional Autónoma de México -según el peritaje último- confirman que en la población afectada por el desastre de 2014 se encuentran 10 microrganismos de plomo por decilitro de sangre.

 

Pasó por Sonora el gobierno del PAN, lo relevó el PRI: Aunque mermada por los mercados en 2018, Germán Mota-Velasco sigue disfrutando de su fortuna: Más del doble de los presupuestos de Coahuila y Sonora en conjunto.

 

La industria de la impunidad, paga, y paga en dólares. En México todavía existen castas. Es el neoliberalismo, señores.

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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